La historia del vino en México ha sido influenciada por la colonización española, ha sufrido altibajos y ha experimentado un renacimiento y modernización en el siglo XX.
A medida que la industria del vino ha crecido y evolucionado en México, ha desempeñado un papel importante en la economía del país y ha contribuido al desarrollo cultural y social. En esta publicación, exploraremos esta historia interesante del vino en México, desde sus orígenes hasta su estado actual.
Los inicios: La Época Colonial
La época colonial en México se refiere al período comprendido entre 1521 y 1821, cuando el territorio de lo que hoy es México estuvo bajo el control de España. Durante este período, los colonos españoles introdujeron muchas variedades de plantas y animales, incluyendo las variedades de uvas importadas para la producción de vino.
La historia del vino en México se remonta a la llegada de los colonizadores españoles en el siglo XVI, quienes introdujeron las primeras cepas de uva para vino, la Vitis vinifera, y los conocimientos sobre la vitivinicultura en el territorio mexicano. Durante la época colonial, la producción de vino se destinaba principalmente para uso religioso y los primeros viñedos fueron establecidos por frailes franciscanos y jesuitas en sus monasterios con el objetivo de producir vinos para la consagración. Un acontecimiento importante de esta época sucedió en 1524, cuando Hernán Cortés ordenó la siembra de 1,000 hectáreas de vid por cada 100 indígenas que los colonos encomenderos tuvieran en su posesión. Esto llevó a una rápida expansión de la cultivación de la vid, hasta que en 1595, el vino mexicano había mejorado tanto que comenzó a competir con el vino español. En respuesta, el Rey Felipe II ordenó la destrucción de todas las vides, excepto la de los monasterios o iglesias a su servicio, con el fin de eliminar la competencia para los vinos originarios de España.
Entre los personajes importantes de este periodo se encuentra el español Don Pedro Sánchez de Tagle. El cual fue fundador de Casa Madero en 1597 en la ciudad de Parras, Coahuila. Casa Madero es la vinícola más antigua de América Latina. La bodega ha perdurado a través de los siglos y ha sido testigo de la historia de México, desde la época colonial hasta la actualidad.
Época Independiente
La época independiente o nacional en México fue un período clave para la industria vinícola del país, marcado por cambios y transformaciones. Con la independencia de España en 1821, México se convirtió en un país libre y soberano, pero también enfrentó una serie de desafíos políticos y económicos que afectaron su industria vinícola.
Durante las primeras décadas de esta época, la producción de vino se vio afectada por la lucha por la independencia y las luchas políticas internas. Muchas haciendas vinícolas y bodegas fueron saqueadas o incendiadas durante estos conflictos, lo que afectó significativamente la producción de vino. Sin embargo, a medida que el país se estabilizó políticamente, la industria vinícola comenzó a recuperarse.
En este período, los vinicultores comenzaron a experimentar con diferentes variedades de uvas importadas de Europa.
Un acontecimiento importante de esta época fue la fundación en 1888 de las Bodegas de Santo Tomás, en el sitio donde décadas atrás Jose Loriente fundo la Misión de Santo Tomás de Aquino. Esta bodega es la más antigua de Baja California y lleva una producción continua desde su fundación.
Otro acontecimiento importante de este periodo fue la llegada en 1907 de un grupo de familias inmigrantes rusas a la ex Misión de Guadalupe en Baja California. Fue allí donde formaron la colonia Guadalupe y empezaron a plantar viñas, sentando las bases para lo que hoy se conoce como el Valle de Guadalupe, una de las regiones vinícolas más importantes de México y uno de los principales destinos turísticos del país.
Época Contemporánea
La siguiente etapa en la historia de la producción de vino en México es la época contemporánea, que se extiende desde el siglo XX hasta la actualidad. Durante este período, la producción de vino en México ha experimentado un importante crecimiento y modernización, caracterizado por una mayor inversión en investigación y tecnología, y un cambio hacia la producción de vino de mesa para el consumo local, utilizando principalmente variedades de uvas importadas.
Entre los acontecimientos importantes de esta época se encuentra la creación del Consejo Mexicano Vitivinícola (CMV) en 1948, el cual se encarga de fomentar el desarrollo del cultivo de la vid, así como la industrialización, comercialización y promoción del vino mexicano.
En esta época surgieron vinícolas reconocidas por su calidad y contribución a la industria del vino en México. Una de ellas es L.A Cetto, fundada en 1928 por el inmigrante italiano Don Angelo Cetto. Esta vinícola se ha destacado por ser la de mayor producción en todo el país y por su experiencia y tradición en la producción de vino. Otra vinícola reconocida es Monte Xanic, fundada en 1987 por un grupo de amigos. Esta vinícola ha sido pionera en llevar los vinos de México a un escenario internacional, donde ha obtenido reconocimiento y premios por su calidad.
Entre los personajes importantes de este periodo se encuentra el enólogo Hugo d’Acosta, quien fundó la Escuela de Oficios El Porvenir ("La Escuelita") en 1997 y es considerado uno de los principales impulsores de esta nueva ola de vinos de calidad por su trabajo en la promoción y mejora de la industria vinícola en México. Muchos productores mexicanos emergentes se han formado en "La Escuelita", incluyendo al fundador de Atmosfera 16, Billy Woolrich.
En la actualidad, México cuenta con 14 estados productores de vino, con los estados de Baja California, Querétaro y Coahuila siendo los principales productores. El valle de Guadalupe y sus alrededores son especialmente destacables, ya que cuentan con más de 200 bodegas y viñedos, convirtiéndose en un importante centro de producción y degustación de vinos en México.
Un Futuro Próspero
La historia del vino en México es rica y diversa y a pesar de los desafíos iniciales enfrentados, en la actualidad la producción y el consumo de vino en el país ha experimentado un importante crecimiento y modernización. La creación de nuevas regiones de producción y la inversión en investigación y tecnología han sido clave para el éxito de la industria del vino en México.
Además, el vino ha desempeñado un papel importante en la economía y en el desarrollo cultural y social del país. A medida que la industria continúa creciendo y mejorando, esperamos ver a México convertirse en un destino importante para los amantes del vino en todo el mundo. ¡Salud!
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